lunes, 3 de noviembre de 2014

ASÍ CRÍO LOS  PADUANOS
         Artículo escrito por un aficionado italiano cuyo nombre desconozco. Es un artículo que recogí en su momento y que he encontrado entre mis papeles.
 
        Antes de iniciar mi escrito quiero hacer una consideración. La generación de criadores de rizados precedente la mía – hechas raras excepciones – no era pródiga en dar consejos a los nuevos aficionados. Por este motivo se creó una especie de misterio en torno a la especialización en los canarios rizados que alejó de la cría de las mismas a numerosos aficionados noveles, con el resultado de que hoy no tenemos un adecuado cambio generacional, indispensable para garantizar la continuidad de la cría de todas las razas rizadas.
         En esta especialidad de los canarios rizados hay dos razas que son más difíciles de criar, me refiero al Rizado Gigante Italiano y al Parisien, pero quitando estas dos razas, hay un montón de canarios rizados en los que la dificultad de su cría es semejante a la de los canarios amarillos, blancos, opales,… prácticamente inexistente. Criar Fiorinos, Rizados del Norte y del Sur, e incluso Paduanos y Gibber, no es difícil.
         A continuación expongo la dieta que utilizo, que no es diferente a la de otras muchas razas de canarios.
  
De octubre a enero: Les doy una mezcla de tres semillas: 80% de alpiste, 10% de negrillo y 10% de lino. Siempre tienen a disposición pasta seca bastante rica en proteínas, y para los pocos ejemplares que presentan problemas digestivos, les doy un poco de harina “amarilla” (no sé exactamente a qué se refiere, posiblemente sea polenta). Cada 7 – 10 días añado una cucharadita de semillas de salud por cabeza. También les doy una rodaja de manzana, por cabeza, una vez a la semana.
         Aunque este se considera un “periodo de descanso” hay que tener en cuenta que es la temporada de frío y con pocas horas de luz disponibles para alimentarse, por lo que se requiere una dieta sustanciosa. Para el invierno es todo. Algunos criadores, durante los meses de invierno, usan una dieta aún más sobria: alpiste y pasta seca con bajo contenido en proteína.
 De febrero a julio: siempre la misma mezcla y agrego cada semana semillas de salud y una cucharadita de café de semilla de avena. Pasta seca sin añadir polenta. Para la cría de los recién nacidos uso la misma pasta a la que añado huevo en la proporción de uno por cada 100 gramos, humedecido con agua según sea necesario. Con los pequeños, en los días en que no les echo huevo duro, añado a la pasta lo que encuentro en el frigo (requesón, yogur, zumo, y rara vez verdura). En la época en que los pollos salen del nido sigo poniendo el huevo duro, pero en días alternativos les doy granos germinados. Junto con la manzana es el mejor procedimiento para ayudar a los pollos a comenzar a comer solos y superar así los difíciles primeros días de su emancipación. Una vez a la semana, cuando los pollos están ya en la voladera, les doy una vez a la semana yema de huevo mezclada con vitaminas en polvo (se estropean menos que las que hay que echar en el agua).

De agosto a septiembre / octubre: sigo con la mezcla de semillas. Solo pasta seca sin añadir huevo. Raramente granos germinados, frecuentemente fruta y verdura (pepino y calabacín). En el periodo de muda añado un complejo vitamínico y de aminoácidos en el agua. Arena silícea y hueso de sepia o jibia siempre están a su disposición.
         Este es el método de alimentación que sigo, pero con el deseo de hacer siempre las cosas mejor, es posible hacer cambios. Maneras de alimentar a los canarios hay muchas, pero hay que buscar las más adaptadas para nuestros canarios, considerando la raza y el clima en el que viven (sobre todo durante el invierno). Los canarios que viven en el sur no hay que alimentarlos como aquellos que viven en el norte o en zonas montañosas.
         Una última cosa: la presunta dificultad de criar canarios rizados asusta a algunos criadores noveles. Esto es un mito que hay que desterrar. No es así, razas como el Fiorino, el Rizado del Norte, el del Sur y también el Gibber  son muy prolíficas. El Paduano también lo es, y salvo alguna pareja, no hay dificultades en criar esta raza. Su dificultad no supera a la de otras razas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario