El Fiorino
El proceso de selección y creación.
Umberto Zingoni
Umberto Zingoni, uno de los
creadores del Fiorino, nos cuento como fue el proceso de selección y creación
de esta raza y de las dificultades que se tuvieron que vencer. .
Fortuitamente
se había conseguido un pájaro por el cruce entre un Gloster moñudo con un
Rizado del Norte. El resultado nos pareció un pájaro interesante para intentar conseguir una nueva raza.
Puede
ser que otros criadores hayan seguido la estela de lo que hicimos, y hayan
repetido el experimento de creación del Fiorino para ver con sus propios ojos
lo que sale. Evaluamos muy favorablemente estos intentos porque, especialmente
entre los jóvenes, el progreso es el hijo de la experimentación. Tenemos la certeza
de que los resultados de estos eventuales experimentos serán los mismos que
obtuvimos nosotros, es decir los que describimos ahora.
Hay
que decir que nuestro optimismo inicial fue rápidamente desmentido. En un
principio creíamos que cruzando los mestizos iniciales mejores, es decir más cerca del modelo que teníamos en
mente – en un principio era un “Rizadito” mucho más pequeño que un Rizado del
Norte, moña aparte – rápidamente conseguiríamos la unión de las dos
características fundamentales: los cinco rizos fundamentales y la pequeña
talla. El camino podría haber sido este, pero no tuvimos en cuenta, o más bien
habíamos minimizado, ciertas leyes de la genética, bien conocidas por nosotros,
que un monje llamado Gregorio Mendel había mencionado en el siglo XVIII sobre
la segregación de los caracteres.
Para
una mejor comprensión aquí están los hechos y los resultados del proceso.
El
problema era que después de más de un siglo de un proceso de selección seguido en Europa para partiendo del pequeño canario
silvestre conseguir definitivamente otro mucho más grande como es el Rizado del Norte,
el gran tamaño de este reapareció, como se suele decir, a cada paso.
Al
mismo tiempo, sucedió que los mejores rizos
que tenían los ejemplares de gran tamaño, se iban perdiendo cuando el canario
se iba haciendo más pequeño, es decir, se notaba claramente la influencia de la
raza de plumaje liso: el Gloster. Cuanto más pequeño era el canario menos rizos
tenía.
Pronto
nos dimos cuenta que el camino a recorrer para obtener una estabilidad suficiente
en la aparición simultánea de las características que buscábamos – pequeña
talla, rizos de la espalda bien desarrollados y simétricos, flancos o aletas
bien desarrolladas y simétricas, pecho o jabot bien levantado y cerrado y una
buena moña - sería largo, pero para
animarnos nos repetíamos que si había tantas razas de ciertas especies de
animales salvajes sin que hubiese habido ninguna intervención externa, también
nosotros llegaríamos a conseguirlo. El camino solo era uno: trabajar con muchas
parejas y esperar confiando en que la absorción de los genes que se produce en
cada gametogénesis en el momento de la formación del cigoto, jugase a nuestro
favor.
Mientras
tanto, una cosa de gran importancia que estábamos constatando era que la
estrechísima consanguinidad con la que forzosamente estábamos trabajando no perjudicaba lo más mínimamente ni la
salud ni la fecundidad de los ejemplares que obteníamos.
Ahora
que hace treinta años, que nuestros
Fiorini se reproducen en una endogamia
total, podemos decir que los temores que muchas personas tienen para este tipo
de cría, son totalmente infundadas y añadimos maliciosamente que no son más que
el resultado de las lecturas que se repiten y que se copian de unos autores a
otros, y no de "pruebas de
campo". Quien quiera entender que entienda.
El impulso para tratar de crear una nueva
raza comienza, tal como ya se ha mencionado, por la aparición fortuita de mestizos bastante
pequeños como resultado de cruzar un Rizado del Norte con un Gloster moñudo.
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