jueves, 22 de diciembre de 2016

EL CANARIO GIGANTE ITALIANO
Sauro Cané.  Secrétario del Club AGI


La cria de los canarios es un hobby maravilloso y agotador al mismo tiempo.

Es maravilloso ver el nacimiento de una nueva vida  y ver crecer a los polluelos con el cuidado con el que los padres los tratan.
Es agotador debido a que absorbe totalmente todo nuestro tiempo libre, particularmente durante el periodo de reproducción. No hay tiempo para otras distracciones o pasatiempos y a menudo crea tensiones dentro de nuestra propia familia.
Lo que estoy diciendo no es nada nuevo para los aficionados que ya llevan algunos años con esta pasión. Criar el Rizado Gigante Italiano (AGI = Arricciato Gigante Italiano) aporta una variante positiva y es la imprevisibilidad absoluta del resultado final.


Los resultados de la cría no pueden esperarse tal como ocurre en la mayoría de las razas. He criado también canarios rojo mosaico, Rizados del Sur y del Norte y sé lo difícil que es obtener campeones. Pero también sé que de excelentes reproductores se obtienen excelentes ejemplares.
No es posible predecir los resultados con el AGI. De una pareja de campeones posiblemente saldrán buenos ejemplares pero no hay ninguna certeza de que los hijos sean campeones. Ocurre con frecuencia que de una pareja formada en el último momento porque uno de los ejemplares previstos ha fallado por enfermedad o cualquier otra causa y que ha sido sustituido por otro que hemos encontrado casi por casualidad, nacen ejemplares que son excepcionales.


De la importancia de emparejar ejemplares con una genealogía reconocida.
Hay que procurar emparejar ejemplares que sean de una línea de mucha calidad que provenga de un criadero en el que se haya realizado un rigurosa selección desde hace años. Emparejar buenos ejemplares provenientes de un criadero cualquiera (no necesariamente malo) que no está estabilizado por la selección genética, producirán unos resultados a menudo decepcionantes, mientras que unos ejemplares de tipo medio para las exposiciones, pero de una buena genealogía pueden dar verdaderos campeones. 


Muy frecuentemente los canarios de razas grandes (por su talla) no son campeones en sentido estricto del término, pero son portadores de algunas de las características típicas de la raza: cabeza, colocación y dimensiones de los rizos, talla,…Hay que acoplar según la técnica de la compensación, es decir, los defectos del macho tienen que ser compensados por las buenas cualidades de la hembra y viceversa. Con esta  técnica casi seguro que se obtienen resultados satisfactorios. No hay que olvidar que la genética no da una certeza matemática pues en estas razas trabajamos con caracteres hereditarios cuantitativos y casi siempre multifactoriales.


Es indudable que una de las características más buscadas por los criadores de la raza AGI es la “cabeza y el capuchón”. Algunos han buscado y buscan la manera de estabilizar esta característica en toda la descendencia emparejando “Capuchón X Capuchón” Basándonos en la experiencia de numerosos criadores llegamos a la conclusión que este cruce es arriesgado porque aunque aumentamos las posibilidades de tener “capuchones llenos o completos” se corre el riesgo de reducir el tamaño de la cabeza que debe ser grande y redonda. Otra consideración que hay que tener en cuenta es que en el estándar se dice “cabeza con capuchón y sus variantes”, es decir, no solamente es válido el capuchón.. Desde el punto de vista simplemente estético esto supone que algunos ejemplares son de una belleza y una originalidad única.


La característica de la variabilidad.
Con el fin de clarificar el concepto pensemos en tres ejemplares que han obtenido en la misma competición 93 puntos cada uno. Si se les compara veremos que tienen las condiciones requeridas para obtener tan alta puntuación pero que son diferentes el uno del otro. Cada característica puede ser definida como única, ya que se puede expresar de diferentes maneras.

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