martes, 2 de octubre de 2012


HISTORIA DEL RIZADO DE PARIS


            El origen de esta raza se remonta al siglo XIX. En esta época existía un canario llamado Holandés que era muy apreciado en su patria. Este canario, de talla normal, fue importado a Francia. Según algunos habría sido la Duquesa de Berry en compañía de Hervieux de Chanteloup sobre el 1710 los que ya habrían importado los primeros canarios rizados a Francia.

            En 1866-67 nace la Societé  Serinophile  de París, o, La Parisienne con el objetivo de mejorar la raza mediante exposiciones y premios y establecieron las bases del futuro estándar, cuyo primer esbozo aparece en 1884. Las primeras exposiciones eran muy modestas, y se celebraban cada año el primer domingo de noviembre en el Café Noyau de Poissy, próximo al mercado de los pájaros. En seguida se hicieron más reuniones al año en la sala de un restaurante cercano y se preparó la muestra de canarios en la Exposición Internacional de Avicultura de París.

            En 1904 la sociedad se denomina Societé  Serinophile  de París et de la France;  en el 1920, año en que se hace un estándar definitivo, se denomina Societé  Serinophile la Nationale y en el 1985 Societé  Nationale de Canaris de Posture, La Nationale.

            En 1978 La Nationale encuentra indispensable cambiar la puntuación de la escala de enjuiciamiento y propone a la C.O.M una serie de modificaciones  que se aceptan durante el congreso de jueces de enero de 1979 celebrado en Breda, Holanda.

 

            La primera escala de puntos presentada en 1920 era la siguiente:

Talla – forma………….…. 10

Posición – elegancia….… 10

Plumaje…………………… 10

Espalda…………………... 10

Flancos o aletas……….… 10

Pecho o jabot……………. 10

Cabeza…………….………. 6

Cuello – collar…………….. 2

Plumas de gallo………….. 5

Alas………………………. 10

Patas………………………..5

Cola………………………... 8

Condición general………. ¿?

           
A comienzos del siglo XX la raza Frisé Parisien tuvo mucho éxito. Desgraciadamente sus precios de venta fueron elevados. Algunos de los mejores criadores franceses vendieron sus mejores ejemplares a precios astronómicos a criadores extranjeros.  Poco a poco los precios se estabilizaron y, aunque continuaban siendo unos precios altos, llegaron a ser más asequibles. Sin embargo los criadores continúan vendiendo sus ejemplares en el extranjero, en lugar de hacerlo en Francia, por temor a tener competidores en los concursos entre la nueva generación de criadores jóvenes. El resultado fue catastrófico. Sólo había en Francia un número muy reducido de buenos Frisés Parisiens.  Los antiguos criadores habían vendido la mayor parte de sus ejemplares. Los nuevos criadores no podían adquirir ejemplares de calidad por lo expuesto con anterioridad. La desilusión y el desencanto se apoderó de la casi totalidad de los criadores. Los mejores pájaros estaban en Bélgica e Italia. Esta triste realidad era la consecuencia de una mala actuación tanto en el plano comercial como en el humano. Los antiguos criadores habían querido conservar la exclusiva de los premios en los concursos y se olvidaron de la absoluta necesidad de formar y preparar a una nueva generación de aficionados que continuase y asegurase la prosperidad de la raza. Los antiguos criadores hicieron caer la raza en el olvido. Poco a poco se fueron adquiriendo canarios en el extranjero y sobre 1970 ya había otra vez en Francia  canarios suficientes para satisfacer a los aficionados a esta raza.

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