HISTORIA
DEL RIZADO DE PARIS
El
origen de esta raza se remonta al siglo XIX. En esta época existía un canario
llamado Holandés que era muy apreciado en su patria. Este canario, de talla
normal, fue importado a Francia. Según algunos habría sido la Duquesa de Berry
en compañía de Hervieux de Chanteloup sobre el 1710 los que ya habrían
importado los primeros canarios rizados a Francia.
En
1866-67 nace la Societé Serinophile
de París, o, La Parisienne
con el objetivo de mejorar la raza mediante exposiciones y premios y
establecieron las bases del futuro estándar, cuyo primer esbozo aparece en
1884. Las primeras exposiciones eran muy modestas, y se celebraban cada año el
primer domingo de noviembre en el Café
Noyau de Poissy, próximo al mercado de los pájaros. En seguida se hicieron
más reuniones al año en la sala de un restaurante cercano y se preparó la
muestra de canarios en la Exposición Internacional de Avicultura de París.
En
1904 la sociedad se denomina Societé Serinophile
de París et de la France; en
el 1920, año en que se hace un estándar definitivo, se denomina Societé
Serinophile la Nationale y en el 1985 Societé Nationale de Canaris de
Posture, La Nationale.
En 1978 La
Nationale encuentra indispensable cambiar la puntuación de la escala de
enjuiciamiento y propone a la C.O.M una serie de modificaciones que se aceptan durante el congreso de jueces
de enero de 1979 celebrado en Breda, Holanda.
La
primera escala de puntos presentada en 1920 era la siguiente:
Talla – forma………….…. 10
Posición – elegancia….… 10
Plumaje…………………… 10
Espalda…………………... 10
Flancos o aletas……….… 10
Pecho o jabot……………. 10
Cabeza…………….………. 6
Cuello – collar…………….. 2
Plumas de gallo………….. 5
Alas………………………. 10
Patas………………………..5
Cola………………………... 8
Condición general………. ¿?
A comienzos del siglo XX la
raza Frisé Parisien tuvo mucho éxito. Desgraciadamente sus precios de venta
fueron elevados. Algunos de los mejores criadores franceses vendieron sus mejores
ejemplares a precios astronómicos a criadores extranjeros. Poco a poco los precios se estabilizaron y,
aunque continuaban siendo unos precios altos, llegaron a ser más asequibles.
Sin embargo los criadores continúan vendiendo sus ejemplares en el extranjero,
en lugar de hacerlo en Francia, por temor a tener competidores en los concursos
entre la nueva generación de criadores jóvenes. El resultado fue catastrófico.
Sólo había en Francia un número muy reducido de buenos Frisés Parisiens. Los antiguos criadores habían vendido la
mayor parte de sus ejemplares. Los nuevos criadores no podían adquirir
ejemplares de calidad por lo expuesto con anterioridad. La desilusión y el
desencanto se apoderó de la casi totalidad de los criadores. Los mejores
pájaros estaban en Bélgica e Italia. Esta triste realidad era la consecuencia
de una mala actuación tanto en el plano comercial como en el humano. Los
antiguos criadores habían querido conservar la exclusiva de los premios en los
concursos y se olvidaron de la absoluta necesidad de formar y preparar a una
nueva generación de aficionados que continuase y asegurase la prosperidad de la
raza. Los antiguos criadores hicieron caer la raza en el olvido. Poco a poco se
fueron adquiriendo canarios en el extranjero y sobre 1970 ya había otra vez en
Francia canarios suficientes para
satisfacer a los aficionados a esta raza.
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