domingo, 9 de marzo de 2014

EL RIZADO DE PARÍS

        Es una raza antigua caracterizada por su gran talla y los  característicos rizos en todas las partes del cuerpo, dos características fundamentales que debe poseer todo ejemplar de calidad.




        Es necesario insistir en que en el Parisien la longitud debe ser proporcionada y que debe haber una armónica proporción entre las tres partes en que se divide el cuerpo: cabeza, tronco y cola. Por ejemplo, una gruesa cabeza en un ejemplar con una cola pequeña, o viceversa, rompen esa armonía; un pecho y un abdomen con rizos poco voluminosos hacen parecer al canario desproporcionadamente largo.
        La valoración de la calidad de los rizos no es fácil para quien no sea un criador de esta raza, pero es oportuno insistir sobre este punto para poder distinguir un gran Parisino provisto de bellos y abundantes rizos por todo el cuerpo, de un Parisino lleno de ricitos. Esta expresión tiene un tono despectivo porque debe quedar claro que cada zona debe estar provista de rizos de determinadas características conforme a los criterios de enjuiciamiento.
        El examen preliminar se centrará en la armonía de las tres partes del cuerpo y en la tipicidad del plumaje y de los rizos.

COMENTARIO SOBRE CADA UNO DE LOS APARTADOS DE LA FICHA DE ENJUICIAMIENTO

TALLA. – 10 puntos. Longitud mínima 19 cm. con proporciones perfectas y forma armoniosa.
El apartado talla implica en esta raza, más que en ninguna otra, el concepto de Forma y Armonía de las diversas partes del cuerpo, factor fundamental para que el pájaro sea elegante. Una longitud mayor en un canario no puede estar separada de la forma, en el sentido de que con una mayor longitud la forma debe quedar sin alterar, lo que supone que los otros factores también deben aumentar, es decir, debe aumentar la MOLE del ejemplar.
Se puede decir que si la proporción se mantiene, cuando aumenta la longitud debe aumentar también la mole. Algunos criadores se preocupan en exceso de la longitud a costa de la mole o volumen del canario.
Es fácil comprobar que ejemplares de 19 – 20 cm de largo (que no son pocos) tienen una magnífica cantidad de óptimo plumaje y buenos flancos más frecuentemente que los ejemplares de 21 – 22 cm, pues en estos canarios la longitud no está acompañada de un proporcionado y armónico aumento del plumaje, y por tanto de la MOLE. La forma es menos llena, los flancos pierden la forma correcta, el plumaje del abdomen pierde vaporosidad y suavidad, la culotte está caída, etc.




Habíamos dicho “más frecuentemente” pero hay que puntualizar que no siempre es así, y que hay ejemplares de gran longitud y gran mole, lo que quiere decir que los canarios han ido evolucionando en los últimos años, ya que anteriormente era impensable la existencia de canarios como los de ahora.
        De todo esto se deriva que no es fácil para el juez cuantificar la importancia y la contribución de la longitud y de la masa corporal y valorar la mejor.
        Un ejemplo clarificador. Tenemos cuatro ejemplares de longitudes 19, 20, 21  y 22 cm. Si en todos los sujetos el aumento de la longitud conlleva un aumento del volumen sin que el plumaje se deteriore, podremos dar una puntuación de 90, 91, 92 y 93 puntos, o tal vez, incluso mejor 90, 91, 93 y 95 puntos. Pero si esto no ha ocurrido y el ejemplar más pequeño compensa su talla con un perfecto plumaje y el ejemplar más grande tiene un plumaje inferior, la puntuación puede ser la misma lo que muchas veces es motivo de crítica, aunque esta sea errónea.
        El juez en el momento en que hace su valoración comparativa no debe dejarse influenciar de la idea que es más  fácil criar un canario más corto, o que no es posible pretender que el ejemplar más grande tenga el plumaje de la misma calidad que el ejemplar más corto. Tales consideraciones pueden ser ciertas, pero deben hacerse en otros momentos, no en el momento del enjuiciamiento, donde se enjuicia lo que se ve.
        Tampoco es admisible que un juez conceda  a una hermosa hembra más puntuación que a un macho de la misma calidad, porque en igualdad de volumen una hembra se considera de más calidad que un macho. Repetimos que el enjuiciamiento es otra cosa, porque puede ser que en determinado momento la hembra se ponga a cantar.
        Hay que recordar que un canario de plumaje duro parece más largo que uno de igual longitud pero de plumaje suave, ya que es más largo y vaporoso.

POSICIÓN – 5 puntos. Erguido, fiero, majestuoso, tronco y cola en línea, formando un ángulo con la horizontal de cerca de 50º.
        Una vez excluida toda posición que no sea “fiera y majestuosa” y con la cola en línea con el cuerpo, toda otra consideración es superflua.


En otras palabras, la posición más o menos de rana, con un ángulo entre el cuerpo y la cola, hay que considerarlas defectuosas y se les concederá entre 3 y 4 puntos.
Naturalmente la valoración de la posición hay que hacerla cuando el canario está vigilante.
Algunos ejemplares de mucho valor, las largas plumas de la cabeza que caen sobre los ojos, impiden la normal visión del animal, obligando al canario a alargar el cuello tomando entonces el ejemplar una posición excesivamente levantada. A nuestro parecer esto no perjudica la elegancia del canario, sin embargo tal posición puede considerarse no correcta del todo.

PLUMAJE – 10 puntos. Abundante, voluminoso, sedoso.
        Los ejemplares de plumaje duro nunca podrán obtener la misma puntuación que otro que tenga el plumaje suave.


        En este apartado hay que tener en cuenta eventuales vacíos en el plumaje, es decir, zonas en las que faltan los rizos: donde más frecuentemente se localizan estos vacíos es en el pliegue de las alas (carpo). A esta zona tienen que llegar los rizos de los flancos o aletas, los de la espalda y del cuello, con lo que esta zona debe estar cubierta de plumas que provienen de las regiones circundantes mencionadas. Este es el motivo por el que el ala no debe ser visible.
        En este apartado del plumaje no se debe valorar el abdomen, el cual se valora junto con el pecho o jabot. Sin embargo sí que hay que valorar la culotte, que debe tener un desarrollo y vaporosidad máxima  de las plumas.

MANTO O ESPALDA – 10 puntos. Bien repartida, simétrica, voluminosa, extendiéndose por todo el dorso, bouquet vaporoso y paracerco abundante.
        El manto comprende todas las plumas que nacen del pterilo dorsal. La espalda debe ser lo más extensa posible y simétrica. No se admite la espalda en forma de rosa porque es una característica del Rizado Gigante.
        El bouquet de la espalda es casi siempre unilateral. Su ausencia conlleva la pérdida de un punto. En los raros casos  en que aparece simétrico hay que considerarlo como un carácter de altísimo valor.

FLANCOS O ALETAS – 15 puntos. Muy voluminosos, levantados y deben sobrepasar el margen inferior de la espalda.
        Constituyen el apartado que más que cualquier otro sufre el excesivo aumento de la longitud, y consecuentemente un deterioro de la implantación de las plumas en la piel, por lo que los ejemplares mejores en otros apartados pecan de tener caídos o no bien sostenidos los flancos.


        Se puede decir que los flancos son el testimonio de la robustez de las plumas y por este motivo se concede a este apartado el máximo de puntos (15). El estándar exige que los flancos estén curvados hacia arriba, y en cambio, demasiado a menudo están abiertos,  especialmente en el lado anterior.



 Otro defecto frecuente en los ejemplares de plumaje débil, es la tendencia de las plumas a caer flácidamente hacia delante, haciendo perder toda la belleza a este rizo característico (conviene recordar que en todas las Razas Rizadas los flancos son los rizos más vistosos y característicos).
        Los flancos abiertos, caídos hacia delante o no bien curvados hacia arriba hay que considerarlos solo como buenos y se les otorgará una puntuación de 12 – 13 puntos siempre que sean simétricos. Con defectos mayores se les considerará como suficientes.
        Tal como se dijo en los criterios del Rizado del Norte, la separación entre los rizos del pecho y los flancos recibe el nombre de Stacco. En esta raza el juez no podrá pretender que el stacco tenga la misma nitidez que tiene en otras razas.

PECHO O JABOT – 15 puntos. Lleno, simétrico, muy desarrollado, extendido desde el pecho hasta el abdomen sin interrupciones.
        En el Paduano hay una separación entre los rizos del pecho y el abdomen. En el Rizado Gigante Italiano las plumas del pecho están dirigidas hacia arriba, distintas de las del abdomen. En el Parisien el pecho y el abdomen deben aparecer como un único y gran rizo, o dicho de otra manera, como un gran pecho o jabot que cubre toda la región ventral.



 Naturalmente las plumas que cubren el pecho son mas sostenidas (rígidas, que no pierden su posición) que las que cubren el abdomen. Pero en un pecho de gran valor no debe señalarse, aunque sí debe ser visible, un surco mediano que corresponde a la línea del esternón, la que da la idea o impresión del pecho doble; tal surco es un signo de calidad.


En los ejemplares más plumosos, más espesos, por varias razones es  de esperar que las plumas del abdomen estén aplastadas, lo que hace que aparezca el pecho o jabot corto. Si este pecho es de óptima calidad, será considerado como Bueno y se le concederán 12 puntos.

CABEZA, CUELLO Y COLLAR – 10 puntos. Cabeza voluminosa, rizos de la cabeza, simple, doble o en forma de casco, favoritos (plumas de las mejillas) abundantes.
        La variabilidad de los rizos de la cabeza varía muchísimo de unos ejemplares a otros. Como orientación definiremos de forma genérica los rizos de la cabeza.


Rizo simple: formado por plumas que se dirigen hacia un solo lado de la cabeza.

Rizo doble: formado por plumas en los dos lados de la cabeza, independientemente de su simetría y de que los rizos de una parte de la cabeza cubran parcialmente o entren en la otra parte.

Casco o elmo: es un rizo en el cual las plumas de la parte de la nuca se levantan para formar una especie de cresta. Esta descripción hay que tenerla clara para distinguir este rizo que está presente en el Parisino, del de el Rizado Gigante, que es totalmente diferente.
        Dado que hay muchas formas del plumaje de la cabeza, la valoración se hará fundamentalmente sobre el volumen de dichos rizos fijándose en los varios diámetros que pueden presentar y en la originalidad que la experiencia permita destacar.
        Las plumas de las mejillas son muy abundantes, dando lugar a dos voluminosos favoritos que dan la impresión de impedir que el collar ocupe la parte anterior y lateral del cuello. La dirección de las plumas puede ser variada y siempre correcta.
        La pequeña región de la barbilla es la única que no tiene rizos, pero justo debajo nace de repente el rizo simétrico de la gola, que está entre el collar y los favoritos. En este rizo de la gola su margen inferior se confunde con el collar, mientras que por los lados se insinúa bajo los favoritos, realzando la parte anterior de los mismos y dándoles su aspecto característico.


        El collar debe está adherido a la cabeza y encerrarla completamente como el borde de un joven hongo que aún no ha terminado de salir. Esto solamente es posible si para formarlo contribuyen la mayoría de las plumas del borde del pterilo de la cabeza; si contribuyen en su lugar preferentemente las plumas del pterilo ventral y dorsal, el collar resulta menos homogeneo y menos adherido a la cabeza. Lo ideal es la completa fusión de estos dos componentes.
        Es fácil darse cuenta cuando un collar corresponde al pterilo craneal observando al ejemplar en el momento en que gira la cabeza a un lado y a otro; el collar nacido de la cabeza gira con la misma, porque está sólidamente unida a ella. en los ejemplares de alta calidad se percibe eventualmente un surco en torno al cuello que corresponde a las dos superficies que le han originado (pterilo de la cabeza – pterilo ventral y dorsal).
        Un collar incompleto o demasiado bajo, tal que no se una con la base de la cabeza perderá 1 punto, mientras que por la casi total ausencia del collar perderá 2 puntos.  

ALAS – 5 puntos. Completas de plumas, normalmente desarrolladas, bien adheridas al cuerpo sin estar colgantes o cruzadas.
        Conviene recordar que en los Parisien de mucho plumaje las rémiges secundarias no se imbrican regularmente y por lo tanto las alas resultan descompuestas; naturalmente hay que considerar el defecto, pero si no desdice mucho hay que tener presente que este apartado solo tiene 5 puntos y la penalización debe ser muy pequeña.

PATAS – 5 puntos. Patas robustas, agarrándose bien al palo, uñas en forma de sacacorchos y tendiendo a  serlo.
        Robustas, en parte cubiertas de plumas. Con las uñas anteriores que pueden ser normales, plegadas o en sacacorchos, sin que esto constituya un mérito o un demérito.
        La uña posterior debe estar íntegra, si no lo está se descalifica al canario. La rotura de una o dos  uñas anteriores supone una puntuación de 3 ó 4 puntos.

COLA – 5 puntos. Homogénea, robusta, con la extremidad cuadrada, con las timoneras muy largas y rectas, las plumas de encima de la cola deben tener numerosas plumas de gallo largas y falciformes, la parte baja del nacimiento de la cola debe estar recogida y ser consistente.
        Como en el Paduano este apartado comprende las timoneras, las plumas de gallo y además las subcaudales (por debajo del nacimiento de la cola o de las timoneras).
        En los ejemplares de gran talla, parte de la cual depende de la longitud de las timoneras, la cola, a menudo, no es homogénea, es decir, las timoneras no forman un todo único, por lo que debemos penalizarlo con uno o dos puntos, y siempre en relación con las subcaudales. Naturalmente un pequeño espacio no compromete la homogeneidad.
        La cola corta es más fácil que sea homogenea, pero por ser corta, y desproporcionada al volumen del canario será penalizada con uno o dos puntos.
      Las plumas de gallo en general son 10, y lo ideal es que tenga 5 a cada lado. Por lo menos debe tener 3 y bien desarrolladas. Si faltan totalmente se penalizará con uno o dos puntos.

CONDICIÓN GENERAL – 5 puntos. Buena salud, limpieza, temperamento vigilante.
        En el Parisien este apartado se refiere sobre todo a la limpieza de las plumas de la región abdominal, limpieza que no afecte a la vaporosidad del plumaje, por lo que la penalización final puede ser de dos puntos, uno referente al plumaje y otro a este apartado.
        El juez no considerará como una escusa el hecho de que un canario tan rico en plumaje vaporoso dificilmente pueda mantenerse limpio durante el enjuiciamiento, sobre todo en la zona anal. Como cualquier otra raza, un ejemplar sucio, especialmente en la región anal, es bastante desagradable de ver, sobre todo por parte de los visitantes a una exposición.


2 comentarios:

  1. perdona no habla español me les pajaros e bueno

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  2. holla jai vut ton profil vraiment les frise parisien sont manifique est ce que ji peux avoir votre numero de telefono gracias

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